miércoles, 3 de diciembre de 2008

CULTURA POPULAR Y CARNAVAL EN LA LITERATURA DEL CARIBE COLOMBIANO

Hablar de cultura implica explicar y detallar todas y cada una de aquellas manifestaciones que los individuos de una sociedad particular practican y que hace parte de su realidad común, donde se asume e identifica en cada acto. Se refiere a todas las actividades como son sus manifestaciones folclóricas, su lengua, su forma de concebir y responder ante el mundo, sus creencias, sus tradiciones, mitos, leyendas… que la identifican y diferencian.
Entre las expresiones folclóricas de la costa Caribe colombiana tenemos el carnaval. En él, se muestra la alegría del pueblo caribeño, sus creencias y percepciones del mundo. Él es un espacio de libertad donde la diferencia entre el sujeto y el objeto parecen perderse. Bajtín menciona que en “el carnaval no se contempla, ni tampoco se representa, sino que se viven él según sus leyes mientras estas permanezcan actuales, es decir, se vive la vida carnavalesca. Ésta es la vida desviada de su curso normal, es, en cierta medida, la vida al revés, el mundo al revés”. Es por ello que en carnaval un rico se viste de pobre, una prostituta de ama de casa, el ladrón de presidente u otro cargo de gobierno. Dentro de estas fiestas carnavalescas todos se confunden y entre risa y diversión se trata con ironía las problemáticas sociales.
El carnaval se muestra en las obras literarias de escritores costeños. En muchos de ellos, no solo se trata el tema de carnaval, además se presentan situaciones carnavalescas, como las anteriormente descriptas. En “Los Funerales de la Mama Grande, por ejemplo, aunque no trata el tema específico del carnaval, la muerte de la Mama Grande se convierte en un festín pues el pueblo va como en una procesión, una reunión y donde incluso el Papa y el presidente se presentan, de hecho luego del funeral, el pueblo se encuentra tan sucio como después de una celebración pública.
Por su parte, el cuento “Desolación” de Olga Salcedo de Medina, los hechos trascurren en época de carnaval y en él se presenta el revés de las cosas y las personas:
“¡Es carnaval!... ninguno es como Dios manda…El señor Samuel, el dueño de la funeraria La Comodidad, está disfrazado de médico… la comadrona es Cleopatra”.
“Por obra y gracia del carnaval impera la mentira y todos realizan aquello que alguna vez han soñado. Las niñas son señoritas de alto mundo, princesas, artistas de cine. Las viejas niñas. Algunos hombres- fenómeno del subconscientes- son señoritas.”
Aquí se muestra la relación entre los contrarios porque el dueño de la funeraria pide que se acerquen a él los pacientes para curarlos. En carnaval la irreverencia y el juego de contrarios, las categorías sociales se mezclan.
Otra obra similar a la anterior es “La noche feliz de Madame Ivonne” de la escritora barranquillera Marvel Moreno, en donde los hechos también transcurren en carnaval. En la obra parece encontrarse una suspensión temporal de la coerción cotidiana, pues en el Patio Andaluz no solo se encuentra la gran burocracia de Barranquilla (políticos, escritores, las damas de sociedad), también están presentes el guerrillero, los pobres, la bruja de Siape “Madame Yvonne”, esta última que es consultada por todos los personajes de esta distinguida sociedad y que además conoce cada uno de sus secretos. En este patio, todo parece paralizarse, toda la sociedad se encuentra reunida y con una aparente aceptación de todos, incluso de Yvonne y el homosexual, las reglas parecen acabarse esos días. Sin embargo, hay un deseo de la protagonista para que el mundo de farsa que manejan estas personas termine:
“El mundo que ella imaginaba oyéndolos hablar, puro cuento. Hueco y triste. Triste. Se miraban sin verse, se hablaban sin oírse, estaban solos. No se daban cuenta, pero los días pasaban. Si lo supieran, pensó Madame Yvonne, solo tenían que abrir los ojos, decirles, ella debía decirles…” “…sean felices. A hombres y mujeres. Si amas a una mujer, vete con ella. Si no quieres a un niño, abórtalo. Si no soportas a tu madre, vete de casa.”
Así Yvonne desea quitar cada una de esas mascaras que tienen los personajes, y hacer uso de aquella libertad que le proporciona el carnaval, pero siempre considerando a lo que creía su familia, sin embargo no logra terminar con su discurso.
En todas estas obras se ve reflejado la visión carnavalesca de los autores y con ello la cultura que defienden y aman. El carnaval es un legado cultural para todos los costeños, su presencia en la literatura no es gratuita. El carnaval es parte de la identidad y la forma de ser del pueblo costeño.

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